Para no cortar con la discusión
abierta con la organización Herri Gorri, queremos desde el PML (RC) continuar
este diálogo que se abrió a partir de un texto en el que nuestro Partido
trataba la cuestión de la infiltración del germen nacionalista en el seno del
Movimiento Comunista, señalando diversas cuestiones sobre las concepciones de
Herri Gorri que era necesario apreciar.
Así pues, tras la respuesta de
Herri Gorri, en la que la idea central sería la existencia de un marco autónomo
de lucha de clases, basando así la práctica totalidad de su caracterización de
la fase actual en Euskal Herria y por ende de la necesidad orgánica de los
comunistas, entraremos a responder a esta cuestión.
Evidentemente, no se puede negar
que Euskal Herria tenga unas características propias, que se acentúan en su
identidad cultural - en la que resalta la cuestión de su lengua -, que posee
una idiosincrasia propia manifestada en una comunidad con una asentada base
cultural, que posee una comunidad de personas asentadas en el tiempo que se ha
mantenido estable, un territorio determinado que se ha ido adaptando con el
tiempo de manera dialéctica; es decir, cambiante al paso del tiempo y a los
acontecimientos sociales (de ahí que nuestro Partido entienda que la nación
vasca a día de hoy sea la parte sur, Hego Alde, por los cambios dialécticos
suscitados en la identidad de Iparralde) e, importantísimo de igual modo, una
ligazón económica; es decir, una vida económica común. Una vida económica
común, que no es otra que el capitalismo. Un capitalismo que dirige e impone el
Estado central español. Euskal Herria no posee un modelo económico propio, su
vida social está determinada por el régimen económico del Estado español. Las
relaciones de producción las dictamina el Estado español. Tiene una vida
económica propia, sí, la del Estado español. Euskal Herria no es una isla. La
estructura judicial, política, económica, represiva, cultural, educativa, es la
que ha impuesto el Estado español. Las fuerzas productivas y relaciones de
producción en la nación vasca se deben a las reglas que dictamina el Estado
español. Y sólo una. No pueden existir dos vidas económicas en una misma
nación. No puede existir la vida económica del Estado español y la del francés.
Una sola vida económica, una sola ligazón. Esto no es un puzzle que se encaja
de una u otra forma dependiendo de lo que se quiera y desee. Hay unas leyes,
existe una forma de interpretar la sociedad, la vida económica. Somos
comunistas y hacemos uso de la ciencia del materialismo dialéctico, sujeto a
unas reglas concretas. Parece ser que Iparralde sea ajena a las leyes,
decretos, movimientos, brotes, sacudidas económicas, sociales, que se viven en
Francia. Pero por otro lado, para hacer un análisis de cómo han influido los
cambios políticos en Hego Euskal Herria, bien que se utiliza como referente las
políticas llevadas a cabo por el Estado español y sus acólitos en Ajuria Enea.
Tal y como hace Herri Gorri, veamos.
Una cuestión que ya vinimos a
señalar en el primer escrito a Herri Gorri es que ellos mismos se contradicen
en lo que vienen a llamar “formación económico social propia”, ya que pasando
por encima de las cuestiones de identidades lingüísticas y culturales que
puedan otorgar un no se sabe qué carácter peculiar al capitalismo en Euskal Herria,
están las condiciones objetivas. Condiciones objetivas, condicionantes
objetivos, materiales, que han determinado la figura actual de la nación con
epicentro en las decisiones tomadas desde el Estado español. Texto, “Para ir
avanzando. Herri Gorri: “La negativa del PNV a formar parte de esta estrategia,
resultaba lógica, puesto que tenía una función esencial en Hegoalde, asegurando
la consolidación de la reforma, frenando al independentismo revolucionario y
construyendo un marco económico con el concierto económico y el estatuto que
garantizara la pertenencia al marco de acumulación estatal, y sustanciosos
beneficios ligados al autogobierno y la autonomía fiscal”. Más: “La sociedad
vasca no aceptó la Constitución (únicamente el 34,9% dijo sí) que fundamenta el
marco jurídico-político vigente en nuestro pueblo durante los últimos 30 años”.
Continúan: “Los pactos de la Moncloa, la amnistía del 77 (1448 presos en el
78), el estatuto de los trabajadores,
los grupos parapoliciales (ATE, BVE,
GAL) , sindicatos reformistas, la
laminación del movimiento obrero, el
PLAN ZEN; la reconversión y desmantelamiento industrial, el Pacto de Ajuria
Enea, las sucesivas reformas laborales,
las diferentes leyes ¨antiterroristas¨,
cierres de periódicos, ilegalizaciones, etc., el actual PACTO DE ESTADO
(PP(upn)-PSOE…) confirma su “estrategia de defensa preventiva” y la
verdadera naturaleza policial y fascista del estado español”. Y esto no lo
decimos nosotros, sino Herri Gorri, constatando así que la superestructura en
Euskal Herria, el marco de tipo jurídico, político, legal, económico,
represivo, etc., es el impuesto por el Estado español. En el texto “Sobre
reformismo y alternativas” también se hablará de que la lucha de clases se ha
reactivado, condicionada por el desempleo, la miseria y precariedad han
activado movimientos como el 15M, la PAH o las marchas por la dignidad. Algo
que también se sale de ese marco autónomo.
La lucha de clases es lucha
política. La lucha de clases es contra la burguesía, el principal enemigo de la
clase trabajadora. La burguesía se organiza en Estados. Estados con leyes,
Estados con vínculos exteriores, Estados de carácter de clase, Estados
capitalistas, centralistas, que expanden su dominación; en el caso del Estado
español, a todas y cada una de las naciones que componen España. La burguesía
se organiza en Estados y nosotros debemos derrotar a ese Estado. Que el
capitalismo surgiera de una manera concreta en Euskal Herria, en Bizkaia
concretamente, ¿qué tienen que ver con un marco autónomo? Ese capitalismo que
surgiera en uno u otro momento concreto de la historia, se debe a día de hoy a
las leyes del Estado central. No existe
el capitalismo vasco, las leyes vascas de producción, las relaciones vascas de
producción, etc. No. Si bien hay características determinadas que por la
necesidad de que el vínculo de la burguesía vasca supeditada a la española, no
se esfume, hay ciertas leyes de mercado de ínfimas características que no se
acercan ni lo más mínimo para hablar de modelo propio. No existe definición
científica alguna de Euskal Herria como formación económica. Aquí vivimos en
base a las reglas impuestas por el modo de producción capitalista, exactamente
el mismo que en el resto del Estado.
Herri Gorri habla de una
“identidad cultural/idiomática que ha sido objetivamente oprimida y minorizada
y de la existencia de múltiples identidades culturales/idiomáticas
coexistentes. El patriarcado como institución asentada y consolidada, y de las
consecuencias que, en el terreno de la política y de la ideología, tienen todos
estos elementos en sí mismos y de forma articulada en la configuración de
Euskal Herria internamente y en relación a su propia exterioridad”. Sí. Claro
que sí. Lengua, identidad cultural, idiosincrasia, comunidad estable de seres
humanos que han servido para articular la nación vasca. Por supuesto. Nación
que debe desembarazarse del yugo del Estado imperialista español. Y que, tal y
como dice Herri Gorri al principio de esa frase, esa identidad, cultura e
idioma no puede ser abstraída del capitalismo. Evidentemente. El modo de
producción influye claramente en esos aspectos de la vida social en Euskal
Herria, altos, bajos, idas hacia adelante, hacia atrás, pérdidas, toda clase de
cambios. Pero ese modo de producción está en manos de la burguesía española,
que es la hegemónica, que se organiza en su Estado y desde el cual impone y
hacer valer sus leyes a Euskal Herria, a Catalunya, a Galiza y al resto de
pueblos que conforman lo que a día de hoy conocemos como España. Aunque Nos guste
o no y queramos cambiarlo, es una realidad objetiva. ¿Vida económica propia?
Sí, sujeta a las leyes del Estado español.
En ningún momento hay por parte
de Herri Gorri una exposición fehaciente de cuáles son esas características
determinadas y concretas que hacen de Euskal Herria un marco autónomo. ¿Su
historia, su cultura, su lengua? No, eso no es la base de la vida económica.
A ello suman la cuestión de que
el PC de Euskadi, con su comité nacional en el C.C del PC de España, hablará de
autodeterminación, de liberación nacional, y de la confluencia de los pueblos
para hacer valer su soberanía hacia el socialismo. De la misma manera que
realiza nuestro partido. Lo cual no llegamos a saber interpretar cuál es el
vínculo que tiene en lo de la “formación económico social”. También se pone al
PSUC de ejemplo, hablando de la representación que tuvo de manera independiente
en la Komintern. La excepción que confirma la regla.
Herri Gorri alude a que no se
puede hacer abstracción de un desarrollo particular del capitalismo y de las
particularidades nacionales de Euskal Herria, que le otorga el derecho para
obviar elementos tan básicos como la existencia de un Estado central. Bien, lo
que nos gustaría señalar a nosotros es que hacer abstracción, eludir o pasar
por alto cuestiones básicas de la ciencia marxista-leninista es lo que les está
a ellos arrastrando a errores estratégicos. Nosotros, al hacer uso de las leyes
de la dialéctica, del marxismo-leninismo, entendemos la necesidad de tomar en
su totalidad la teoría de los grandes clásicos; en este caso, hablaremos del
camarada Stalin. Stalin, hizo un análisis acertado del concepto de nación, que
entendemos sigue vigente a día de hoy y es de un uso irrefutable. Hacer
abstracción de una parte de la teoría de, en este caso, Stalin, para utilizar
solo lo que se quiere y desechar lo que no interesa para dar forma a lo que es
hoy la nación vasca, es caer en más que bastos errores. Si se alude al
marxismo-leninismo como ciencia social con la cual hacer un análisis, es porque
esta es correcta, exacta y es una ciencia en la cual los comunistas basamos
nuestra teoría. Citaremos a los camaradas de Països Catalans, ya que lo dejan
muy claro en su comunicado de la Diada del 25 d’Abril: “Desde el PML (RC)
defendemos la autodeterminación (siempre que el ejercicio práctico de esta
suponga un avance para la clase obrera y no la creación y fortalecimiento de un
nuevo estado burgués) como herramienta que asegura los derechos de los pueblos
y la victoria sobre cualquier imperialismo, así como la unidad real de todos
los proletarios del mundo. Sin embargo, no somos nacionalistas románticos.
Nosotros no nos dejamos llevar por sentimentalismos ni por el odio que la
burguesía española y las diferentes burguesías nacionales del Estado nos han infundido
a toda la clase obrera, sino por los principios revolucionarios del
proletariado. Es por ello que analizamos la opresión de los pueblos y naciones
bajo el yugo de España desde el materialismo dialéctico y, por tanto,
entendemos que sólo una verdadera revolución socialista garantizará los
derechos legítimos de los pueblos y las naciones del Estado”.
Esto sería una parte del escrito
de Herri Gorri, es decir, la principal idea con la que responden a nuestra organización. Nuestro partido en su
primer escrito dilucidaba seis cuestiones claves: la lucha por la autodeterminación
en la etapa democrática, sobre la independencia ligada al socialismo, sobre el
patriotismo, sobre federalismo, sobre la construcción del Partido y sobre el
nacionalismo. Vemos que el debate se ha dirigido principalmente hacia la
discusión de un supuesto marco autónomo de lucha de clases en Euskal Herria.
Aclarado el punto anterior, nos
gustaría poder tocar otras cuestiones que nos han chocado de la línea de Herri
Gorri al analizar sus documentos.
Primero, Herri Gorri entiende que
el sujeto revolucionario en Euskal Herria es el Pueblo Trabajador Vasco. Este
concepto fue acuñado por los hermanos Etxebarrieta, Xabi y Josean, para, desde posturas del
nacionalismo revolucionario vasco, poder integrar más allá de la clase obrera
vasca a sectores burgueses o pequeño burgueses que existían de igual forma
dentro del MLNV en una pugna dialéctica continúa por su hegemonía. Herri Gorri
entiende que esta concepción interclasista debe ser el sujeto del cambio
revolucionario. No sabiendo analizar los cambios dialécticos que sufre la clase
obrera por efecto de los cambios sociales económicos significa no entender que sectores como parados, amas de casa o
trabajadores del sector servicios, todos aquellos que no son clásicamente
productores, pasan a formar parte de igual forma de la clase obrera. Luego,
quieren unir a la “clase obrera vasca y el PTV”, como hace Herri Gorri
entendiendo que estos dos comparten el mismo protagonismo como sujeto
revolucionario, al decir que “la lucha en Euskal Herria bajo los intereses de
su clase obrera y su PTV…”, (Comunistas sí, abertzales también. 8 febrero 2015)
y luego hablar de, “La lucha de clases y el marxismo-leninismo requieren de la
organización de la clase obrera como instrumento fundamental…”, “el
marxismo-leninismo constituye la base fundamental de la teoría y la praxis
revolucionaria de la clase trabajadora…” (Para ir avanzando. 31 de enero de
2015), o “el Partido Comunista de EH como organización centralizadora de la
lucha de la clase trabajadora…” es un error de concepto. O bien PTV, o bien
clase obrera. ¿En qué quedamos? La clase obrera sufre los mismos cambios en
Euskal Herria, que en el resto de España, como de Europa. Sus cambios son
dialécticos, evoluciona y va asumiendo en su interior capas que antes no
pertenecían a ésta, más todavía cuando los procesos de crisis capitalista se
agudizan y proletariza a antiguas capas bajas o medias de la burguesía. Sí,
creemos que utilizar el concepto de PTV responde más a criterios románticos y
de ligazón a un pasado político anterior vinculado al MLNV del que resulta
difícil de desembarazarse. Proceso que una parte importante de nuestro Partido
por su pasada militancia política en organizaciones nacionalistas o
revisionistas ha llevado a cabo, desquitándose de conceptos y teorías
pequeñoburguesas que únicamente ponen obstáculos en la correcta comprensión de
la teoría social.
Y es que estos lastres de una
antigua etapa se ven también en la forma de análisis de Herri Gorri. Hacer uso
de conceptos como “una Euskal Herria económicamente soberana”, “impulsar un
modelo de sociedad alternativo”, “ruptura democrática”, “programas de ajuste
neoliberal”, “izquierda revolucionaria” o definir al internacionalismo del
mismo modo que organizaciones históricas de Euskal Herria como KI o Askapena,
que arrebatan a la clase obrera su papel principal tildando al
internacionalismo como “unidad de los pueblos sin Estado, de los países
colonizados por el imperio y de los pueblos empobrecidos por la crisis”, para
tirar por el suelo el papel principal de la clase obrera en el internacionalismo
proletario, que no es otra cosa que la solidaridad de la clase obrera a nivel
internacional en la lucha por su emancipación y la libertad de los pueblos
oprimidos, mientras que el nacionalismo desvía este concepto hacia la mera
igualdad de derechos de las naciones. No podemos dejar torcer nuestra teoría y
valores proletarios frente a la notable influencia del nacionalismo en los
discursos obreros y de clase. En el texto “Comunistas sí, abertzales también”,
Herri Gorri sí define el internacionalismo como “establecer lazos firmes de
solidaridad y colaboración de la clase obrera de todo el mundo”. Por lo tanto
no entendemos esta divergencia en los conceptos.
Como último, debemos echar un
vistazo a lo que Herri Gorri entiende como “dictadura del proletariado”, un
poder no compartido con nadie, un poder político conquistado y mantenido
mediante el uso de la violencia por parte del proletariado contra la burguesía.
La dictadura del proletariado significa la destrucción de la democracia
burguesa y el establecimiento de la democracia proletaria. La revolución
proletaria es imposible sin la destrucción violenta de la máquina del Estado
burgués y su sustitución por una nueva. Esto es la dictadura del proletariado.
Si bien los comunistas debemos hacer que nuestro mensaje, nuestras ideas, calen
en las masas de una forma cercana, lo que no podemos es rebajar nuestro mensaje
y maquillar nuestras palabras para vaciar de contenido nuestros propósitos
dibujándolos como algo no violento o no revolucionario. Para Herri Gorri la dictadura
del proletariado es “desarrollar una línea política en la que, en torno a un
programa popular, de ruptura democrática transformemos las correlaciones de
fuerzas para impulsar un proceso constituyente, que desemboque en un poder
popular. El nombre científico con el que desde el marxismo-leninismo
conceptualizamos ese poder constituido, es la dictadura del proletariado”.
A pesar de nuestras críticas,
estas parten de una motivación dialogante, de buscar las interpretaciones
correctas tan necesarias de la ciencia socialista, tan necesarias a día de hoy,
para apartar y olvidar en una esquina para siempre los lastres del revisionismo
imperante en el MCE. De esta forma, saludamos los esfuerzos de Herri Gorri por
realizar un llamamiento de unidad en su último comunicado, aunque
lamentablemente el carácter orgánico de esta llamada esté en contraposición a
la postura de un Estado un partido que defiende nuestra organización. Lo cual,
por otro lado, no creemos que sea impedimento para alianzas de carácter táctico.
Para finalizar, al respecto de la
confluencia de los marxistas-leninistas sobre la construcción del Partido
Comunista, dejaremos una aportación de Hoxha al respecto: «El único camino
justo es responder al desafío de los revisionistas con la unidad de las fuerzas
de los marxistas-leninistas, con una resuelta e intransigente lucha contra los
renegados revisionistas. A los golpes y a las presiones de los revisionistas,
internos y externos, no se les pueden hacer frente siguiendo una línea
centrista, vacilante, ni tampoco preocupándose solamente por conservar una
unidad falsa y formal. Al partido no se le puede salvar, con lamentaciones ni
se le debe sacrificar para salvaguardar el «prestigio» de alguien, en un
momento en que este «prestigio» se está explotando sin escrúpulos para enterrar
la gran causa de la clase obrera y del socialismo». (Los revisionistas modernos
en el camino de la degeneración socialdemócrata y de la fusión con la socialdemocracia,
1 de abril de 1964)
PML (RC) – Euskal
Herria
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